Enfermedad Renal Crónica (ERC) define la pérdida progresiva de la estructura y función renal. Es una enfermedad crónica no transmisible de múltiples etiologías, con alto impacto en la calidad de vida de los pacientes y los Sistemas de Salud. Los riñones son un órgano blanco para SARS-CoV-2 y el impacto de la pandemia COVID-19 no se redujo sólo a los efectos renales del virus, sino que afectó la reasignación del personal, interrumpiendo medidas sanitarias y servicios, controles periódicos y pruebas poblacionales de concientización y detección temprana. En Argentina se estima que 12,7% de la población adulta presenta ERC en alguno de sus estadios, y 2,7% se encontraría en estadios avanzados. Un incremento progresivo fue observado pospandemia, sugiriéndose a COVID como factor de riesgo emergente de ERC. La distribución del riesgo de progresión de ERC en la cohorte 2021-2022 evidenció 83,3% de voluntarios sin condición de riesgo, encontrándose 13,3% con bajo riesgo y sólo el 3,3% en situación de alto riesgo con necesidad de derivación nefrológica inmediata. Los factores de riesgo de susceptibilidad de enfermedad renal registrados fueron encabezados por el exceso de peso (67%), seguido de hipertensión arterial (60%), diabetes (43%) y tabaquismo (17%). Los registros de pacientes con factores de riesgos y sospecha de ERC muestran que el 60% de los pacientes atendidos cursaron COVID sintomático con diferentes grados de severidad. El 50% de los pacientes revaluados presentaron cambios en su función renal evidenciando progresión de la enfermedad. En este contexto, es objetivo del presente Proyecto mejorar la oportunidad diagnóstica y la identificación precoz de pacientes con susceptibilidad de desarrollar ERC y colaborar en la implementación de acciones primarias que eviten o retarden la aparición o progresión de la mismo.